La escasez de efectivo en Cuba y sus repercusiones en el día a día de los cubanos.
La situación económica en Cuba continúa deteriorándose, y uno de los problemas más acuciantes a los que se enfrenta la población es la escasez de efectivo. Este fenómeno, sumado al desabastecimiento y la inflación, ha generado una situación de estrés y dificultades para los ciudadanos cubanos.
La falta de dinero en efectivo ha afectado la calidad de vida y el bienestar general de la población, dificultando la adquisición de bienes básicos y servicios.
Dependencia de los mercados informales y las remesas
La falta de efectivo en Cuba ha llevado a un aumento en la dependencia de los mercados informales y las remesas del exterior. Los cubanos se ven obligados a buscar alternativas económicas fuera del sistema oficial para poder sobrevivir en medio de esta situación.
Muchos se enfrentan a la necesidad de «romperse la cabeza» tratando de encontrar soluciones para llevar comida del día a la mesa y satisfacer las necesidades básicas diarias.
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La escasez de efectivo ha llevado a que cada vez más cubanos formen largas filas afuera de los bancos y cajeros automáticos en busca de dinero para pagar productos y servicios. Abandonar la fila no es una opción, sin importar el sol, la lluvia o el largo tiempo de espera.
Cuando un cubano encuentra un cajero automático que funciona y tiene dinero, se queda hasta el final. A menos que, como es común, el cajero se quede sin dinero antes de poder realizar la extracción.
Factores que contribuyen a la escasez de efectivo en Cuba
Existen diversas razones que contribuyen a la escasez de efectivo en Cuba. En primer lugar, el país enfrenta un déficit fiscal en constante crecimiento, lo que dificulta la disponibilidad de dinero en efectivo.
Además, la falta de billetes de una denominación mayor a los mil pesos cubanos ha agravado el problema, ya que los ciudadanos necesitan contar con billetes de mayor valor para realizar transacciones de mayor envergadura.
La alta inflación también ha contribuido a la escasez de efectivo. A medida que los precios aumentan, la demanda de dinero en efectivo se incrementa, lo que pone aún más presión sobre un sistema ya de por sí limitado.
Por otro lado, el dinero en efectivo que circula en la economía cubana tiende a quedarse en manos de actores económicos particulares, como pequeños o medianos empresarios; quienes prefieren no entregarlo al banco por desconfianza o para convertirlo rápidamente en dólares en el mercado informal antes de que se deprecien.
El precio del dólar en Cuba y la depreciación del peso cubano
Cuba tiene diferentes tipos de cambio, con un tipo oficial de 24 pesos cubanos por dólar para empresas estatales y 120 pesos cubanos por dólar para particulares o turistas. Sin embargo, en el mercado paralelo, se puede cambiar un dólar por 375 pesos cubanos a día de hoy, y esta cifra continúa en aumento.
Por lo que el peso cubano se devalúa constantemente frente al dólar y los productos importados. Como resultado, el salario mensual de los trabajadores cubanos se ve cada vez más afectado por la pérdida de valor adquisitivo.
El salario estatal mensual en Cuba oscila entre 4 mil y 7 mil pesos cubanos, equivalentes a 11 y 19 dólares en el mercado paralelo. Esta cifra resulta insuficiente para cubrir las necesidades básicas de los cubanos, especialmente en un contexto de escasez de efectivo y que dificulta y encarece aún más las transacciones cotidianas.
Factores que han agravado la situación
Sanciones de Estados Unidos y pandemia de COVID-19
A partir del año 2020, la economía de Cuba se ha visto particularmente afectada por una combinación de factores externos. Por un lado, las sanciones impuestas por Estados Unidos han encarecido las compras en el extranjero, lo que ha aumentado la presión sobre el sistema económico cubano.
Por otro lado, la pandemia de COVID-19 ha paralizado sectores clave de la economía, como el turismo, lo que ha reducido aún más los ingresos del país.
Desabastecimiento e inflación
Ante esta situación, a las familias cubanas les resulta cada vez menos útil la libreta de abastecimiento subsidiada por el gobierno, la cual actualmente está al mínimo de productos. Por lo que las remesas enviadas desde el extranjero se han convertido en una fuente crucial de ingresos para satisfacer las necesidades de alimentos y productos de primera necesidad en el mercado no subsidiado y golpeado por la inflación.
Sin embargo, en lugar de cambiar los dólares de las remesas en los bancos, muchos cubanos optan por acudir al mercado paralelo, donde obtienen una tasa de cambio más favorable.
La escasez de efectivo en divisas extranjeras también son parte del problema
Incluso obtener dólares en efectivo se ha vuelto difícil en Cuba. A diferencia de otros países, donde es común obtener efectivo en cajeros automáticos, en Cuba solo es posible obtenerlos en Bancos y CADECAS, los cuales no tienen disponibilidad. Esta limitación dificulta aún más el acceso a la moneda extranjera.
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La falta de ingresos suficientes en divisas extranjeras ha llevado a una escasez de efectivo en el país. Los pocos fondos que ingresan se destinan principalmente a la compra de alimentos y combustible, dejando poco margen para satisfacer otras necesidades económicas.
La moneda nacional se suele utilizar para comprar divisas extranjeras en el mercado informal en vez de comprarlas en el banco y así mismo las divisas extranjeras se suelen vender en el mercado informal en vez de terminar en el banco. Por lo que el banco ve limitada la recaudación.
Resultado para el cubano de a pie
Como resultado de la escasez de efectivo, los ciudadanos cubanos se han quejado de la falta de dinero disponible en los bancos y de los cajeros automáticos que se encuentran fuera de servicio o sin dinero. Esta situación genera frustración y dificulta aún más las transacciones económicas cotidianas.
La escasez de efectivo en Cuba ha generado una serie de dificultades para la población. Esta situación se suma al desabastecimiento y a la inflación, lo que ha llevado a una odisea diaria para los cubanos que buscan adquirir bienes básicos y servicios.
La dependencia de los mercados informales y las remesas del exterior se ha vuelto cada vez más pronunciada. La infraestructura para los pagos electrónicos aun no es suficiente y no cubre la necesidad.
Además, factores como el déficit fiscal, la falta de billetes de mayor denominación, la alta inflación y la preferencia de actores económicos por mantener el efectivo en lugar de depositarlo en los bancos han contribuido a la escasez de efectivo en el país.
La depreciación del peso cubano frente al dólar y la influencia de factores externos, como las sanciones y la pandemia de COVID-19, también han agravado la situación. Ante este panorama, los cubanos se enfrentan a dificultades adicionales para llevar a cabo transacciones económicas básicas y mejorar su calidad de vida en medio de esta crisis.